La lenteja es un alimento con una alta concentración de nutrientes. Los hidratos de carbono son los más abundantes y están formados fundamentalmente por almidón. Sus proteínas vegetales, en grandes cantidades, son incompletas. No obstante, si se combinan las lentejas con cereales como el arroz, alimentos ricos en dicho aminoácido, se convierten en proteínas de alto valor biológico, equiparable a las que aportan los alimentos de origen animal. El contenido en lípidos es muy bajo. El aporte de fibra, aunque importante, es también inferior al de otras legumbres. En cuanto a vitaminas, son ricas en B1, B3 y B6, y no lo son tanto en ácido fólico. Abunda el zinc y el selenio, pero sobre todo en hierro, aunque, como en el resto de productos de origen vegetal, apenas es absorbido en el tracto digestivo, siendo la carne la mejor fuente de este micronutriente. Lo que siempre nos han contado nuestras madres de que las lentejas son ricas en hierro y que si las comíamos estaríamos fuertes, queda rebatido con lo mencionado anteriormente, pero hay que reconocer que están riquísimas.
Ingredientes:
-1 puñado de lenteja pardina por persona
-1 cebolla
-2 zanahorias
-1/2 calabacín
-2 dientes de ajo
-2 patatas medianas
-laurel, pimentón dulce, sal y aceite de oliva virgen
Modo de preparación:
En una olla se ponen a cocer con agua las lentejas. Mientras se pica la cebolla, la zanahoria, el calabacín y los dientes de ajo. Se añaden al guiso junto con el laurel y un poco de pimentón dulce, las patatas partidas en gajos, regado todo con una cucharada de aceite de oliva virgen. Se espolvorea con sal y se deja cocer alrededor de 40 minutos a fuego lento. Se prueba de sal y se comprueba que la patata esté cocida. Una vez terminado, se sirve caliente, que en en tiempos de frío bien apetece una comida de cuchara.
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